En los comicios presidenciales celebrados este domingo en la República de Costa Rica, escrutados el 88,7% de los votos emitidos en
comicios que se desarrollaron en un clima de total normalidad, el candidato socialcristiano Abel Pacheco se imponía con el 38,5% de los
sufragios, a poco más de sólo un punto del mínimo necesario -40%- para consagrarse en la primera vuelta electoral,
según el régimen vigente.
Le seguían en orden de preferencias su rival del Partido de la Liberación Nacional, Rolando Araya, quien lograba el 30,9% del
apoyo popular.
Ottón Solis, la sorpresa de esta jornada electoral, quedaba en tercer lugar. El candidato de Acción Ciudadana, una nueva
agrupación que busca romper con el tradicional bipartidismo costarricense, logra un poco más del 26%, un resultado que le permite una
proyección en futuras elecciones.
Aunque el escrutinio no terminó, se descarta que las elecciones se definirán en una segunda vuelta electoral Pacheco y Araya,
quienes dirimirán entonces la sucesión presidencial.
Los cómputos indicaban que la participación fue de casi el 70%, y los votos blancos y nulos no llegaban al dos por ciento.
Los sondeos de opinión habían previsto la ventaja de los socialcristianos, aunque la diferencia a favor de Pacheco terminó
siendo un poco mayor que la esperada.
En cuanto a los 57 nuevos miembros de la asamblea legislativa, las primeras estimaciones mostraban que ninguna de las fuerzas lograrían
la mayoría absoluta. El bloque socialcristiano podría quedar con 19 bancas, el del PLN con 18, Acción Ciudadana con 14 y los
libertarios con 6. Un grado de pluralismo inédito en el Parlamento costarricense, lo que será sin dudas uno de los desafíos
del próximo gobierno.
Un análisis preliminar de los resultados destaca que las elecciones presidenciales de Costa Rica se inscriben en lo que viene sucediendo
en la mayor parte de los sistemas políticos latinoamericanos: los bipartidismos tradicionales se resquebrajan, dando lugar a incipientes
pluralismos moderados.
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